Alfonso llega al diario El Clamor como becario. Aspira a colaborar en la sección de espectáculos pero termina recalando en sucesos donde tiene como tutor a Saúl, un periodista veterano y desencantado. Superadas sus reticencias iniciales, Alfonso toma el ejemplo de Saúl y aprende de las técnicas que le ve utilizar, caracterizadas por la falta de escrúpulos.
Al principio, a Alfonso le desagrada la falta de escrúpulos de su tutor, pero enseguida aprende de él y hace el trabajo de la misma manera. Se adapta por medio de la imitación, que ya es un error, y comete otros dos más: no filtra e imita a un individuo con más cosas malas que buenas. Solo es consciente de su transformación al final, cuando se da cuenta de que se ha convertido en lo que era Saúl cuando él llegó.
La acogida que encuentra en su primer día no es especialmente cálida: “¿Se le ha perdido algo por aquí?” y la indiferencia continúa durante un tiempo: “¿Quieres un consejo? Bájate de la camioneta y sigue escribiendo tus novelitas. Es mejor renunciar a que te bote ¿no crees?” hasta que, tras el primer incidente cubriendo un suceso, empieza a tratarle como a un igual: “El tiempo cura todas la heridas, también va a curar ese golpe”. Al poco, Saúl deja que sea Alfonso quien decida la organización del día: “A ver, Varguitas. Hoy ya tú mandas. ¿Qué nos depara el día? Dile a Van Gogh adónde tenemos que ir”.
Alfonso va aprendiendo de las tretas de Saúl y llega a elaborar este titular: “Fue a darle el pésame a una monja y la violó para que se le pasara la pena”, que merece todos los elogios de su tutor: “Es lo mejor que has escrito, Varguitas, hay una historia aquí. Literatura de la buena, muy buena. Te felicito”. La realidad es que ha llegado a convertirse en una copia de él, pero mejorada: con más formación, más iniciativa y más capacidad de trabajo. Por eso, termina convirtiéndose en el jefe de la sección sucesos. “Quién te viera y quién te vio, Alfonso Fernández”, le llega a decir Saúl. Cuando Alfonso es consciente de que se ha convertido en lo que siempre ha rechazado decide abandonar el periódico para centrarse en su auténtica vocación, la literatura. Al marcharse, se encuentra con uno de sus compañeros, el chófer, que le despide de manera afectuosa porque reconoce el trabajo que ha desarrollado allí.
TÍTULO ORIGINAL: Tinta roja
GÉNERO: Drama
AÑO: 2000
NACIONALIDAD: Perú
DIRECCIÓN: Francisco J. Lombardi
GUIÓN: Giovanna Pollarolo
INTÉRPRETES: Gianfranco Brero, Giovanni Ciccia, Fele Martínez, Lucía Jiménez, Carlos Gassols, Yvonne Frayssinet, Gustavo Bueno, Tatiana Astengo
Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»
(Editorial Fragua, 2016)