La determinación, antídoto para la frustración

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Cuando te sientes frustrado notas que te falta la energía. Te conviertes en un ser apático, no le encuentras sentido a nada y cualquier esfuerzo adicional parece estéril. Eso no es exclusivo de los periodistas, a todo el mundo le ocurre alguna vez porque la frustración posee un efecto opiáceo que aborta cualquier atisbo de iniciativa. Como una anestesia, adormece la curiosidad y el hambre por alcanzar objetivos. Mercè Conangla lo explica así: “Ante el esfuerzo o el dolor uno puede mantener el esfuerzo, resistir, aguantar o claudicar (ceder, resistirse o someterse). El desánimo nos lleva a renunciar, a flaquear y a desistir ante una situación determinada. La persona que se siente desanimada no encuentra el impulso para actuar, para mantener una actividad ni para esforzarse. El desánimo alargado en el tiempo, el desánimo patológico o carencia total de impulso y vitalidad, correspondería al estado de depresión e iría asociado al sentimiento de impotencia, total falta de control”.

Ella misma detalla cómo el desánimo se apoya en nuestras propias inseguridades para convertirse en impotencia: “La impotencia es un sentimiento de sufrimiento por la carencia de algo que uno necesita o debería tener: valor, fuerza, salud. Se trata de un sentimiento acerca de la propia capacidad. Implica una valoración de nuestros niveles de competencia o de control sobre una situación concreta”.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

Maggie, la indestructible

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Margaret Bourke-White fue un ejemplo de decisión. Ella está considerada la primera mujer fotoperiodista de la historia. En 1929, la revista Fortune la contrató como fotógrafa, una tarea que nunca hasta entonces había desempeñado una mujer. En 1930 fue la primera extranjera en captar con su cámara la realidad de la Unión Soviética y cinco años después fue la primera mujer contratada en la revista Life. También fue la primera mujer que trabajó para la Fuerza Aérea de Estados Unidos y la primera en acudir a una zona de combate. Sobrevivió a asaltos, bombardeos e, incluso, al naufragio de un barco. Por su arrojo, se ganó el apodo de Maggie la indestructible.

Ella encaja a la perfección en esta afirmación de Matthew Sartwell: “el entusiasmo es poder. Con la fe, puede transformar la adversidad, el fracaso y la derrota temporal en acción”. John C. Maxwell comparte una idea similar cuando sentencia que “las personas que demuestran perseverancia tienen una visión más grande en la mente mientras trabajan en su arte o profesión. Ellos ven eso con el ojo de su mente, lo que quieren crear o hacer, y se esfuerzan para llegar a ello con su trabajo”.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

Iniciativa + imaginación = eficacia

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En 2014, The New York Times elaboró un informe de 96 páginas que analizaba el posicionamiento de sus productos digitales y exponía las pautas a seguir para ganar presencia en las nuevas ventanas que, al margen de la edición impresa, cada vez llegan a más gente. Uno de los aspectos más interesantes se refería a la conveniencia de plantear estrategias a medio y largo plazo, más allá de la vorágine diaria. La recomendación concreta pasaba por crear un equipo de trabajo dentro de la redacción formado por periodistas, diseñadores, desarrolladores, estadísticos y expertos en tecnología. Ese equipo sería el cauce por el que canalizar las propuestas de los profesionales más creativos, someterlas a examen y, en último caso, ponerlas en práctica. Es otro modo de alentar la iniciativa de los miembros de la plantilla. En este caso, el primer paso lo da la empresa al diseñar el equipo pero, en definitiva, los frutos que se obtengan siguen dependiendo de la capacidad de las personas a las que se les pide que aporten soluciones imaginativas para ganar en eficacia.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

Afronta los problemas con decisión

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Decidir resulta muy rentable porque casi siempre es mayor el trabajo, el tiempo y el desgaste que supone la indecisión. A ese coste, además, hay que sumar las consecuencias de dejar un trabajo inacabado, sobre todo para los periodistas porque trabajan con información, una materia prima perecedera que no aguanta muchos días sin ser consumida. Como la fruta, en poco tiempo se queda vieja, empieza a oler, se deteriora su aspecto y no es apta para el consumo. En ese punto, todo el trabajo empleado se evapora y se convierte en tiempo perdido. La toma de decisiones está muy vinculada a valores como el coraje, la nobleza de espíritu, la generosidad y la capacidad de superar el miedo. Si te paras a pensarlo, suele ocurrir que cuanto más convencido estás de lo que haces, menos te cuesta seguir adelante con ello.

El primer paso de cebra se pintó en 1951 en la ciudad inglesa de Slough. Hasta entonces, los pasos de peatones se señalizaban con unos clavos metálicos que, en ocasiones, los motoristas no veían. Como eso causaba numerosos atropellos, decidieron sustituir los clavos por otra señal más visible. Hoy encontramos pasos de cebra en todo el mundo. Esta anécdota es un buen ejemplo de lo que deben hacer las decisiones: dar respuesta a los problemas.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

«Nada es tan difícil como decidirse»

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A Napoleón se le atribuye la frase “Nada es tan difícil como decidirse”. La determinación se desenvuelve en una mentalidad centrada en el presente, lo que explica que resulte difícil de aplicar cuando la atención está puesta en el pasado o en el futuro. Jongeward y James lo explican así: “Cuando una persona hace girar su vida alrededor del futuro, experimenta ansiedad en el presente; le domina la ansiedad por aquellas cosas que prevé, ya sean reales o imaginarias: exámenes, cuentas por pagar, aventuras amorosas, crisis, enfermedades, jubilación, las condiciones climáticas, etc. La persona que está excesivamente ocupada con el futuro deja pasar de largo las oportunidades reales del presente; como se ocupa demasiado con cosas irrelevantes, su ansiedad le desvía de la realidad y, en consecuencia, es incapaz de ver, oír, sentir, gustar, tocar o pensar por sí misma». No se trata de que vivas al día emocionalmente eludiendo cualquier previsión a medio plazo, sino de liberarte de problemas, temores y dificultades futuras que, tal vez, nunca lleguen a materializarse. En este sentido, sí… carpe diem.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

La previsión en el periodismo

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La previsión permite construir rutinas que convierten la información en una materia prima más o menos tangible con la que trabajar, como explica Valbuena de la Fuente: “Los procesos de la organización apuntan a quitar ambigüedad del ambiente informativo. Una organización intenta transformar la información equívoca hasta un grado de claridad que permita trabajar y acostumbrarse. Esto significa que raramente exigimos la certeza absoluta. También así podemos explicar que pueda haber enormes diferencias entre las organizaciones sobre el nivel de claridad que consideran suficiente para la acción”. En el último tercio del siglo XX, Tuchman empezó a utilizar el término Newsmaking para referirse al estudio de la producción de noticias antes de que tomaran el relevo otros autores como Mauro Wolf, Ramón Massó y Joaquín Garcia-Lavernia. El newsmaking se entiende como un proceso centrado en la producción de la información y acuña el concepto de rutinas productivas.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

Toma la iniciativa… sin excusas

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La autonomía del periodista para tomar la iniciativa se desarrolla en un entorno delimitado por las limitaciones organizativas del medio, la rentabilidad económica, el proceso de edición y la jerarquía de mandos. Ese espacio, que a simple vista puede parecer reducido, es un amplio terreno que en el día a día abre múltiples posibilidades de desarrollo personal. Traducido a lo cotidiano supone que un periodista sin responsabilidad directiva no puede organizar a la plantilla, autorizar gastos, decidir el peso de los contenidos o tomar decisiones por encima de sus superiores pero sí puede tomar la iniciativa en su propia actividad periodística en la gestión de su agenda, de sus contactos y en su inquietud por hacer cosas.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

Vence la timidez a base de autoestima

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En La terca memoria, el periodista Julio Scherer García desgrana sus recuerdos sobre los acontecimientos más relevantes de la historia reciente de México. Al repasar sus primeros años de profesión, en la redacción del diario Excélsior, confiesa: “Yo avanzaba en el trabajo, no así en la autoestima. Baja como era, muy baja, la atribuía a la timidez, un embarazoso encogimiento del alma, y buscaba afanoso el éxito como un principio de solución al conflicto interior”. Con frecuencia, los tímidos se debaten en una cruel batalla interna. Viven una lucha constante entre el deseo de destacar y el temor a que se note su presencia. Y ahí está la clave. Ese temor, que ata el verdadero deseo de interactuar con otros, viene marcado por la baja autoestima y genera una cascada de acciones y reacciones que resulta muy difícil de parar. El trabajo del periodista está indisolublemente ligado al contacto con otras personas con la que hay que socializar, generar empatía y entablar relaciones de confianza y, desde la timidez, esa tarea puede convertirse en un sufrimiento continuo.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

No te exijas imposibles

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En 1990 Juan Alonso se subió a su bicicleta para dar la vuelta al mundo. Pedaleó una media de 200 kilómetros al día hasta sumar un total de 70.000. La aventura le llevó dos años. En 1994, Gran Dalton se propuso un reto similar a bordo de un barco de vela, el New Zealand Endeavour. Él llegó en 120 días. En 1999 Piccard y Jones se subieron a un globo aerostático, el Breitling Orbiter III, para dar la vuelta al mundo sin hacer paradas intermedias. Completaron el reto en 19 días. Son grandes marcas, pero ninguna se acerca a la de Rutan y Yeager que, en 1986, dieron la primera vuelta al mundo en avión sin escalas. Lo hicieron en un modelo muy ligero, el Voyager, que recorrió 40.250 kilómetros a una media de 186 kms/h. No necesitaron más de 216 horas, es decir… 9 días. El registro de Juan Alonso está muy lejos del logrado por Rutan y Yeager pero probablemente tenga más mérito porque, sin duda, requirió más esfuerzo y sacrificio. Los éxitos no se miden solo comparando marcas, sino teniendo en cuenta todos los condicionantes. No tiene sentido obligarte a cosechar éxitos similares a los de otros si las circunstancias que os rodean no son las mismas.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)

Tu gestión de las emociones explica cómo eres

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El psicólogo de la Universidad de New Hampshire, John Mayer, plantea una tipología de personas en función del modo en el que se relacionan con sus propias emociones:

  • Las personas conscientes de sí mismas. Personas psicológica-mente sanas, que tienden a ser optimistas y cuentan con una claridad emocional que les permite gozar de una vida desarrollada.
  • Las personas atrapadas en sus emociones. Son aquellas que suelen sentirse desbordadas por ellas porque no saben identificarlas ni saben cómo escapar de sus estados de ánimo.
  • Las personas que aceptan resignadamente sus emociones. Saben identificar lo que sienten y lo aceptan pasivamente, sin intentar cambiarlo.

Fragmento del libro «La ventana interior. Inteligencia emocional aplicada al periodismo»

(Editorial Fragua, 2016)